lunes, 16 de junio de 2008

¿Escribirse con alguien de California?

La primera vez que oí hablar sobre escribirse con alguien de muy lejos por ordenador (no digo ni correo electrónico, ni Internet, ni nada de eso, porque ni me acuerdo si tenía nombre por entonces), fue a finales del verano de 1993.

Y lo recuerdo perfectamente porque estaba en la universidad y fui a hablar con una compañera de carrera que trabajaba en el centro de becas internacionales. Esta compañera me empezó a contar toda entusiasmada que estaba escribiéndose con alguien de una universidad de California. Me decía: “¡mira me han escrito este texto, y yo les he respondido, y ahora ellos me han vuelto a escribir!!

A mí en ese momento, me pareció que se estaba poniendo un poco tonta, o que trabajar en verano en la universidad le había afectado mucho, pues no comprendía muy bien su entusiasmo. Quizás porque yo lo que quería era que me contara qué becas daban para ir a California, y me daba igual si estaba escribiéndose con alguien de allí o no.

Ante la insistencia de ella, miré en la pantalla, creo recordar el color horroroso de los procesadores de texto de entonces (fondo negro, letras en verde), y leí los textos que se habían mandado; y ella me contaba que acababan de instalar este ordenador (ni siquiera me hablaba de un programa, sino de un ordenador entero), y que se podían escribir cartas a otras universidades en otros países.

Y me seguía contando que por lo visto esto lo utilizaban los militares, y que ahora empezaban a utilizarlo en las universidades. Estuvo un rato hablándome de ello, y yo escuchándole sin pensar mucho más, pues seguía sin saber si podría pedir la beca para California o no.

Después de aquella visita, no pensé mucho más sobre el tema, y eso que me interesaba la informática básica a nivel de usuario de entonces; tampoco pensé en mi compañera, y en el rollo que me echó, porque no volví a hacerle otra visita. Tampoco me fui a California.

Eso sí, años después me acordé de mi compañera y de su entusiasmo por contarme lo que ya era habitual para mí en el trabajo, los correos electrónicos o e-mails, el Internet. Entonces, pensé qué sería de mi compañera, y si sería una experta en Internet, o se habría ido a California a conocer personalmente con quien hablaba “a través del ordenador”.

Y la verdad es que ahora es cuando entiendo el entusiasmo no sólo por escribir correos electrónicos, que es algo natural, sino por chatear, buscar y encontrar todo en Internet, mandar videos, crear tus páginas, escribir blogs y recibir comentarios, entrar en mundos virtuales, etc, etc.

Ahora, yo también estoy entusiasmada con todo lo que aprendo cada día de estos temas. Y lo que conozco de California, también me ha gustado.

No hay comentarios: