sábado, 1 de noviembre de 2008

¿Despedidas con sonrisas o con lágrimas?

Las despedidas duelen, sean para un tiempo y sobre todo si son para siempre…

Cuando me voy de viaje, para unas vacaciones, o para estudiar en otro sitio o para trabajar en otro país, las despedidas de la familia o de l@s amig@s, son mezcla de alegría, por lo nuevo que viene, y de tristeza, por lo que dejamos. Mezcla de sonrisas y de lágrimas (como la película de Julie Andrews, bueno, que conste que el título en original, inglés, no tiene nada que ver!); pues eso, miras hacia delante y sonríes, miras hacia detrás y lloras.

Cuando las despedidas son del corazón, yo creo que simplemente lloras, porque si miras hacia delante, no te imaginas sin esa persona; aunque si miras hacia detrás, sonríes, por los momentos tan dulces. De nuevo mezcla de sonrisas y de lágrimas.

Cuando las despedidas son de una ciudad, de un país, de una casa, de un coche, de una oficina, etc., la mezcla de sonrisas y de lágrimas se confunde, aunque mires hacia detrás, hacia delante, hacia arriba o hacia abajo, o hacia un lado.

Cuando las despedidas son virtuales, al acabar un e-mail o mejor aún un chat, en Messenger, pones un “smiley”, que bien sonríe (por lo de “smile” :-) o bien tuerce la boca hacia abajo, vamos que llora :-(, imitando quizás la realidad; y además que aquí no miras a ningún, sólo a la pantalla del ordenador.

Cuando las despedidas llevan música, esa canción te persigue, y cada vez que la oyes sonríes y/o lloras, y lo mejor de todo, cantas.

Y cuando las despedidas son de un ser querido, que se ha ido al cielo, o a otra dimensión, o hacia la luz, o hacia otra vida reencarnada… la verdad es que sólo hay lágrimas… aunque ahora, en este instante, sonrío…

…..¡Felicidades!!....
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