El otro día un amigo me contaba que quería definitivamente cortar con su ex, que lo mejor era que no se vieran más, que no le hacía bien, pero ya sabemos que muchas veces cortar “definitivamente” con un ex es complicado…
Me decía que no quería verle en persona para evitar volver a caer en la tentación.
Entonces, pensó las posibilidades que tenía. Lo primero era llamarle por teléfono y hablarle directamente, pero claro, a veces por teléfono no se puede expresar todo porque oyes la otra voz, no ves la cara, y no puedes reaccionar, ni ves la reacción; además que cortar por teléfono queda un poco frio, sobre todo al colgar el teléfono.
Luego, decidió que lo mejor era escribirle.
La primera opción, por supuesto, era escribir un e-mail (o correo electrónico) donde puedes pensar lo que escribes, luego borrarlo, y volver a escribir, puedes guardar lo que escribes y más tarde añadir algo, puedes alargarte mucho o ser directo, vamos, un estilo propio; pero resulta que tenía estropeado el ordenador, y no podía escribirlo en casa, y claro, bajarte al Internet Café a escribir algo tan íntimo, pues no.
Pensó, como siguiente opción, el móvil, bueno mandar un sms, pero aquí la cosa es algo más limitada, “hay ke ser direct , no escrib much, con decr adiós y bss, no ok”, no sé pueden explicar las razones de no verse más, o simplemente desearle que le vaya bien todo.
Así que, la decisión final era, sí, ¡escribir una carta! ! !
¿Desde hace cuánto que no escribimos cartas? Y no digo postales, porque, oye, alguna postal cuando se está de viaje, pues aún se hace de vez en cuando; y no digo escribir una notita en un post-it, porque eso lo hacemos, y luego a la basura.
Pues, mi amigo cogió papel que encontró, en la impresora metido, rebuscó un bolígrafo, con los que se escriben las notitas del post-it, y empezó a escribir. Bueno, a escribir, tachar, romper, y volver a escribir (esto no es como en una página de Word), y a pensar, llorar, maldecir, soñar, y finalmente consiguió terminar la carta, creo que de cuatro hojas.
Y ahora venía lo más importante, comprar un sobre y un sello (en el estanco donde se compra el tabaco) e ir a correos (buzones ¿dónde había uno?), aunque es importante saber la dirección y el código postal (¿postal?); bueno, en el caso de mi amigo, lo tuvo más fácil sólo tenía que acercarse unos cinco minutos andando y echarlo al buzón de casa directamente, afortunado.
Eso sí, para que veáis la moraleja de la historia…no recibió noticias de su ex, porque su ex no abrió el buzón, porque no recibe cartas, si acaso de vez en cuando del banco; y sólo supo de la carta, porque se encontraron en la calle y hablaron…
3 comentarios:
Yo no he cortado nunca con un ex por e-mail, pero sí he recuperado la relación con uno gracias a ellos. Nos encontramos una tarde casualmente paseando por una calle de Madrid, después de muchos años sin saber nada el uno del otro, tomamos un café juntos, nos dimos nuestros e-mails, y ahora seguimos en contacto sin necesidad de vernos, ya hemos pasado página a nuestra relación pero hemos empezado otra nueva, más entrañable y espero que duradera.
Hola Luisa!!
Gracias por compartir tu experiencia real&virtual ;-) La verdad es que yo mantengo muchas relaciones de amigos/as (y ex´s ) a través de e-mails y la verdad es que he de reconocer que disfruto cuando recibo o mando un e-mail, y sé algo de esa persona, y cómo le va la vida!! Es algo bonito!!!
Muchos saludos,
Marta
jajajaj... Muy buena historia.
Bravo.
El final me ha gustado mucho.
(He estado a punto de decir la pedanteria de que me parece un final borgiano, pero fíjate lo bien que me he sabido contener ; )
Un abrazo
Carlos
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