martes, 26 de febrero de 2013

¿Érase una mano a un móvil pegada?

... Ya no nos separamos del móvil, pero ni siquiera lo soltamos de la mano...

Recordaba (gracias a las clases de literatura del colegio de las que soy defensora) aquel poema (¿soneto?) de Quevedo:
Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una alquitara medio viva,
érase un peje espada mal barbado;
...


Y recordé esa estrofa (porque el resto siempre se olvida)  al verme andando por la calle, con el móvil pegado a la mano, esperando un whatsapp, una llamada, leyendo Twitter, hacer un check-in o lo que fuese; o subir a un autobus, y tener el móvil pegado a la mano; ir a comprar algo,y tener el móvil a la mano pegado....

Vamos, que el soneto cobró sentido de nuevo....
.... Erase una mano a un móvil pegada ¿o será el móvil a la mano pegado?

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